Farmacia Vecina, un modelo público-privado a seguir

El programa Farmacia Vecina permite a los pacientes crónicos del Seguro Social de Salud (EsSalud) recoger sus medicamentos en la red de farmacias y boticas privadas afiliadas cercanas a sus domicilios. En colaboración con la empresa Salog, este proyecto beneficia actualmente a más de 45 mil personas al mes, aunque se espera llegar a un número por lo menos 10 veces mayor.

"En 2019, lanzamos el programa, que ayuda a equilibrar las pocas farmacias que tenía EsSalud con el alto volumen de pacientes. En la pandemia, esto creció exponencialmente", dice Rogerio Marcondes, CEO de Salog, a este medio. "Son casi 700 farmacias de todos los tamaños, distribuidas en Lima y Callao, ya sean cadenas o independientes. Se espera llegar a 5 mil puntos". 

"Es realmente un ejemplo de colaboración de privados con privados y de privados con el sector público. El objetivo es brindar un servicio al mejor nivel". Rogerio Marcondes, CEO de Salog. 

El paciente crónico debe llamar a la central de EsSalud y afiliarse. Una vez que aplique, se dirige a un establecimiento de salud, pasa por su consulta y recoge su primera receta ahí mismo. Las próximas recetas las puede recoger en la farmacia que escoja.

"Cuando el paciente entra al programa, pasamos a darle un trato personalizado. Siempre encontrará su medicamento en la farmacia más cercana y así ahorra tiempo y el dinero de transporte", agrega Marcondes. 

Farmacia Vecina no utiliza el stock de la farmacia privada, las recetas médicas son preparadas en una farmacia central con stock de Essalud y son entregadas en los locales elegidos por el paciente, que accede de manera gratuita a la receta médica.

"Este modelo es una oportunidad. Las farmacias privadas han asumido el programa como propio sin poner peros. Tienen mucho orgullo de pertenecer a Farmacia Vecina. Es realmente un ejemplo de colaboración de privados con privados y de privados con el sector público. El objetivo es brindar un servicio al mejor nivel. Estos programas antes eran vistos como un modelo de privatización, pero nada más lejos de la realidad: son un modelo de colaboración", finalizó.