Salud mental en el Perú: ¿Cómo afrontar el déficit de 200 mil psicólogos en el país?
Desde aumentar el presupuesto y el incentivo económico hasta trabajar en la prevención. La doctora Rosa María Ocaña marca el camino a seguir.
“No hay salud sin salud mental”, asegura el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La frase toma una especial relevancia en el Perú, donde para la población que existe, debería haber alrededor de 300 mil psicólogos. En cambio, solo se cuenta con cerca de 100 mil, reveló el decano nacional del Colegio de Psicólogos del Perú, Miguel Vallejos, al diario La República. De ellos, el 50% se encuentra en Lima y el 70% labora para el sector privado. Según el decano, recién dentro de cinco años se llegaría a 150 mil.
La situación es similar con los psiquiatras. De los casi 1300 que hay en el país, solo 593 trabajan en el Ministerio de Salud (Minsa), agrega el psiquiatra Carlos Bromley, citado por el mismo medio. Y el 80% está concentrado en la capital. Este déficit expone a la población ante la creciente necesidad de servicios de salud mental, la cual se ha agudizado aún más durante la pandemia del COVID-19. ¿Cómo afrontarlo? A Tu Salud conversó con Rosa María Ocaña, médico psiquiatra del centro de salud mental Kuyanakusun.
1. Combatir el estigma
"Para cerrar la brecha va a tener que pasar bastante tiempo. El proceso de formación puede demorar hasta seis años, si se incluye el SERUMS, que es ir un año a una provincia y un requisito para trabajar en el Estado. La carrera en sí ya es poco solicitada y es por el estigma que existe alrededor de la salud mental. ¿Quién va a elegir esta carrera cuando se minimiza el problema? Para el proceso de formación se deberían abrir más escuelas de psicología en las universidades y que los chicos que recién terminan de estudiar vean que van a tener un buen sueldo, que van a tener plazas de trabajo y estabilidad. Que sea una carrera atractiva desde un primer momento".
2. Aumentar el presupuesto y el incentivo económico
"Solo un poco más del 1% del presupuesto en salud que da el Estado está destinado a salud mental y debería ser al menos un 30%. Sin salud mental no hacemos absolutamente nada. Un psicólogo en el Estado está recibiendo máximo 1800 soles mensuales. Por eso la mayoría está en la parte privada, donde hay más oportunidad de ganar dinero. La consulta allí va de 100 a 150 soles. Si atienden 20 pacientes al mes ganan muchísimo más que atendiendo en la parte pública, donde además hay contratos que no te dan la más mínima estabilidad".
"A corto plazo, aumentar el incentivo económico puede servir para que esos psicólogos que están en la parte privada puedan venir a la parte pública. O que los psicólogos que no tienen SERUMS o no están colegiados, otro requisito para trabajar, se animen a hacerlo para postular a una plaza".
3. Psicólogos capacitados
"Muchos psicólogos solo hacen sus cinco o seis años y no tienen una especialización. Si uno no tiene una formación psicoterapéutica no puede ayudar mucho al paciente. No solo es falta de psicólogos, sino de psicólogos capacitados debidamente. En provincia, no saben lo que es un psicólogo y el psicólogo que llega es un serumista que recién ha terminado la universidad. Allí hay casos muy complejos y el psicólogo por más ganas que tenga no podrá ayudar porque no tiene las herramientas en ese momento".
"Las personas que no pueden pagar una terapia son las personas que más padecen de trastornos mentales. En el Perú, si no tienes dinero no puedes llevar un buen plan psicoterapéutico. Las citas con el psicólogo en un centro de salud mental son cada 45 días o 30 días cuando deben ser al menos semanales. Eso se traduce en un tratamiento muy deficiente".
4. Trabajar en la prevención
"Lo ideal es que ya no haya tantos problemas de salud mental. Trabajar con las familias es básico, desde que las madres están gestando a sus hijos. La crianza respetuosa, qué hacer cuando los hijos hacen berrinches, educarlos en ese momento. La mayoría de problemas de salud mental se originan en la infancia y en la niñez, pero se expresan cuando somos adultos. Se tiene que educar a los padres. Si los hijos crecen con padres violentos, habrá consecuencias. La violencia se debe desterrar en todas sus formas. Por ejemplo, la 'chancla' está normalizada y muchos la defienden. Por otro lado, siempre hay una repercusión cuando un niño crece en un ambiente con uso de drogas o tocamientos sexuales".
"Es clave entender que los psicólogos en los colegios muchas veces son nuestros primeros brazos. Son los que empiezan a ver ciertas dificultades, que al inicio suelen ser leves o moderados. Hay que escucharlos. Son los que se dan cuenta de esas cositas que muchos padres no ven".