¿Qué es la eficacia de una vacuna y cómo influye en la inmunidad del rebaño?
Un especialista nos explica por qué es importante vacunarnos con cualquier dosis contra la COVID-19 que haya sido aprobada, sin importar su nivel de eficacia.
Las cifras de eficacia de las vacunas contra la COVID-19 se acumulan en los titulares. Pfizer-BioNtech han reportado un 95% y Moderna un 94%, siendo las más vacunas con el más alto porcentaje, hasta el momento. Le siguen otras como la rusa Sputnik V con 92%, Sinopharm con 79% o AstraZeneca con 70%. ¿Qué significan estos números? ¿Es alguna mejor que la otra?
Lo primero que hay que decir es que todos estos resultados son alentadores si se tiene en cuenta que el mínimo solicitado por la Organización Mundial de la Salud es del 50% de eficacia.
"Lo importante que es que todas han sido aprobadas y tienen una eficacia suficiente. El objetivo no es proteger a una persona, es proteger a un grupo grande de tal manera que el virus tenga menos oportunidad de encontrarse con una persona que no está protegida y deje de replicarse. Eso es a lo que se llama inmunidad de rebaño y todos los porcentajes suman", explicó a este medio Ernesto Gozzer, médico salubrista y profesor de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
"Entre el 70 y 90% de la población debe estar vacunada para que el virus deje de propagarse. Esto se tiene que ver como algo colectivo y todos deben ponerse la vacuna que esté disponible en el lugar donde uno resida, sin importar cual". Ernesto Gozzer, médico salubrista
El especialista aseguró que cada país debe vacunar al máximo número de personas. "Necesitamos que entre el 70 y 90% de las personas esten vacunadas para que el virus deje de propagarse. Un ejemplo, si se vacunará al 90% y la vacuna tiene un 80% de eficacia estará protegida el 72% de la población. Esto se tiene que ver como algo colectivo y por eso todos deben ponerse la vacuna que esté disponible en el lugar donde uno resida, sin importar cual".
Eficacia vs. Efectividad
La eficacia de la vacuna es la reducción relativa del riesgo: sea cual sea el riesgo de una persona, se reduce en un alto porcentaje si se vacuna. Si pensamos en 100 personas con la COVID-19, una eficacia del 90% significa que de haber recibido la vacuna, solo 10 hubieran caído enfermas, aunque muy probablemente no de gravedad.
"Que hayan personas vacunadas que aún se enferman, no significa que la vacuna no funciona porque muy probablemente estas personas no van a desarrollar síntomas graves ni van a ser hospitalizadas ni van a morir. Ahí podemos decir que la vacuna funcionó porque la llevó a no desarrollar síntomas graves. También es un caso exitoso de la vacuna”, explicó la inmunóloga y especialista en enfermedades infecciosas Thalía García Téllez.
Por otro lado, si bien se están utilizando indistintamente, la eficacia y la efectividad no significan lo mismo. La eficacia es el desempeño de un tratamiento en circunstancias ideales y controladas como en un ensayo clínico, y la efectividad es el desempeño en condiciones del mundo real. Por eso, hablar de efectividad por ahora es incorrecto. Debemos esperar a que se utilice de forma masiva para poder hacerlo y el porcentaje podría variar, siendo superior o inferior a la eficacia anunciada.
La vacuna contra la influenza marca apenas entre un 40% y un 60% de efectividad, pero aún así funciona y salva millones de vidas, por lo que es el mejor ejemplo de que las vacunas, junto con las medidas sanitarias, son la mejor arma para terminar con la pandemia.