
¿Por qué el contacto piel con piel es clave para el recién nacido?
La ciencia ha demostrado que desde que nacemos (y a lo largo de nuestra vida), necesitamos contacto físico consentido.

El contacto físico tiene múltiples beneficios a lo largo de nuestra vida. Todo comienza cuando nacemos. Está probado científicamente que tanto los padres como el bebé se benefician del contacto piel con piel inmediatamente después del parto, sobre todo cuando el recién nacido es prematuro.
La técnica del "método canguro" consiste en tener al bebé semidesnudo o únicamente con pañal en contacto piel con piel sobre el pecho descubierto de su madre o padre con la ayuda de una faja, aumentando así sus probabilidades de supervivencia.
"Con la estrategia piel con piel, el bebé comienza su vida con una respiración más adecuada, mejores niveles de temperatura, niveles de azúcar más estabilizados y menos estrés", explica la doctora Luisa Brumana.
"La prematuridad es una de las causas más importantes de la mortalidad infantil. Esta estrategia de piel con piel parece muy simple, pero es fundamental. Tiene enormes ventajas, entre ellas, el bebé comienza su vida con una respiración más adecuada, mejores niveles de temperatura, niveles de azúcar más estabilizados y menos estrés", explica la doctora Luisa Brumana, de la Unicef en Argentina, a la CNN.
Pero nunca dejamos de necesitar que nos toquen, agrega al medio Insider Kory Floyd, profesor de comunicaciones en la Universidad de Arizona, que estudia cómo el afecto afecta el estrés y el funcionamiento fisiológico.
"Cuando somos bebés, dependemos en un 100% de un cuidador que nos vista, nos alimente, nos bañe, nos abrace y nos consuele, y todas esas actividades requieren contacto. Si no nos tocan lo suficiente, nuestro cuerpo crece demasiado lento, nuestro cerebro no se desarrolla por completo y nuestro sistema inmunológico no es robusto", comentó.
No deja de ser importante
Luego, a lo largo de nuestra vida, las personas tenemos la necesidad biológica de intercambiar caricias, besos y abrazos, y este contacto físico consentido también es beneficioso en altos niveles.
"Se ha demostrado en estudios científicos que abrazarse o darse la mano puede reducir los niveles de una hormona llamada cortisol, relacionada con el estrés. Además, sube los niveles de oxitocina, llamada la hormona de la felicidad, que baja los niveles de presión arterial", explicó la doctora Marisa Azaret en un informe de la CNN. "Los beneficios psicológicos de recibir un abrazo son innegables: reducen la ansiedad, aumentan la autoestima y alejan el miedo".