
¿Cómo beneficia el contacto físico consentido a nuestra salud?
La ciencia ha demostrado que desde que nacemos y a lo largo de nuestra vida, necesitamos intercambiar caricias, besos y abrazos.

"Skin hunger" en inglés o "hambre de piel" en español. Se trata de un término utilizado con frecuencia por los expertos en salud mental y resalta la necesidad biológica que tenemos los humanos de intercambiar caricias, besos y abrazos. Los estudios científicos lo han demostrado: el contacto físico consentido es beneficioso en altos niveles a lo largo de nuestra vida.
Todo comienza cuando nacemos. "Dependemos en un 100% de un cuidador que nos vista, nos alimente, nos bañe, nos abrace y nos consuele, y todas esas actividades requieren contacto", dijo a Insider Kory Floyd, profesor de comunicaciones en la Universidad de Arizona que estudia cómo el afecto afecta el estrés y el funcionamiento fisiológico. "Si no nos tocan lo suficiente cuando somos bebés, nuestro cuerpo crece demasiado lento, nuestro cerebro no se desarrolla por completo y nuestro sistema inmunológico no es robusto".
"Los beneficios psicológicos de recibir un abrazo son innegables: reducen la ansiedad, aumentan la autoestima y alejan el miedo".
Además, está probado científicamente que tanto la madre como el bebé de benefician del contacto piel con piel después del nacimiento, sobre todo cuando el recién nacido es prematuro. La técnica del "método canguro" consiste en tener al bebé semidesnudo o únicamente con pañal en contacto piel con piel sobre el pecho descubierto de su madre o padre con la ayuda de una faja, aumentanto así sus probabilidades de supervivencia.
Pero nunca dejamos de necesitar que nos toquen. "Se ha demostrado en estudios científicos que abrazarse o darse la mano puede reducir los niveles de una hormoma llamada cortisol, relacionada con el estrés. Además, sube los niveles de oxitocina, llamada la hormona de la felicidad, que baja los niveles de presión arterial", explicó la doctora Marisa Azaret en un informe de la CNN. "Los beneficios psicológicos de recibir un abrazo son innegables: reducen la ansiedad, aumentan la autoestima y alejan el miedo".
Una investigación de la Universidad de Carolina del Norte demostró que los abrazos pueden ayudar a prevenir infecciones. Los autores del estudio observaron que parecían estimular la glándula del timo, que regula y equilibra la producción de glóbulos blancos del cuerpo, lo que lo mantiene saludable y libre de enfermedades. Otro estudio de la Univerdad de Carnegie Mellon en Pensilvania mostró que personas de la tercera edad que reciben más afecto, tienen menos problemas arteriales.
Floyd agrega que las necesidades de contacto de todos no son las mismas, y las experiencias pasadas, especialmente las traumáticas, pueden afectar cuánto y qué tipo de contacto humano te hace sentir bien o mal. "Pero al igual que el sueño, nadie necesita cero", aseguró.