
¿Cada cuánto hay que cambiar las esponjas de la cocina?
La cocina alberga muchos más microbios que el baño, explican los expertos.

Es posible que ya no seas capaz de recordar cuándo fue la ultima vez que cambiaste tu esponja de cocina, la misma que utilizas una y otra vez para fregar tus platos, cubiertos u ollas. Si este es tu caso, tenemos una recomendación: es hora de tirarla a la basura.
Según un estudio publicado recientemente en la revista Nature Chemical Biology, las particiones o los huecos de diversos tamaños de una esponja permiten el crecimiento de las bacterias que prefieren entornos aislados, así como a las que prefieren estar rodeadas de otros organismos, lo que la convierte en lo mejor de ambos mundos para las comunidades microbianas.
"La cocina es uno de los mayores reservorios o almacén de microbios de toda la casa", asegura Ignacio López-Goñi, catedrático de microbiología de la Universidad de Navarra.
Por otro lado, según un estudio alemán, publicado en Scientific Reports, la mayoría de los métodos domésticos que empleamos para ‘desinfectar’ nuestras esponjas de cocina -como hervirlas en agua caliente, meterlas en el microondas o usar lejía- no son muy efectivos contra las bacterias o patógenos dañinos que se acumulan con su uso.
"La cocina alberga muchos más microbios que el baño, debido a la constante manipulación de alimentos, nuestros propios microbios y al ambiente húmedo. Es uno de los mayores reservorios o almacén de microbios de toda la casa", explica el catedrático de microbiología de la Universidad de Navarra y autor de Microbiota: los microbios de tu organismo, Ignacio López-Goñi.
Bacterias tales como Campylobacter, Enterococcus cloecae, Escherichia coli, Klebsiella, Proteus, Salmonella o Staphylococcus son algunas de las más frecuentes en las esponjas de cocina.
¿La práctica más recomendable? Cambiarla por una nueva cada una o dos semanas, aunque también se deberá tener en cuenta el uso que le demos. Si lo empleas para limpiar los restos de todas las comidas a diario, nos es exagerado deshacerte de él cada menos tiempo. Por el contrario, si comes fuera de casa durante la semana y solo lo utilizas los fines de semana, puedes hacerlo una vez al mes.