¿Cuándo debería hacerme una prueba de la COVID-19?
Existen tres pruebas diferentes que permiten saber si una persona está o estuvo infectada con la COVID-19.
Todas las personas que presenten síntomas de la COVID-19 deben hacerse la prueba, en la medida de lo posible, dice la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las personas que sean asintomáticas pero que hayan estado en contacto estrecho con alguien que esté o pueda estar infectado también pueden considerar la posibilidad de hacerse la prueba.
Cuando una persona esté a la espera de los resultados de la prueba, debe permanecer aislada de los demás. Si la capacidad de realizar pruebas es limitada, las pruebas deberían reservarse en primer lugar para quienes corren mayor riesgo de infección, como el personal de salud, y las personas con mayor riesgo de presentar un cuadro grave, como las personas mayores, especialmente las que viven en residencias de mayores o en centros de atención de larga estancia.
Si no es posible o no deseas realizarte una prueba COVID-19 y tienes síntomas, actúa como si tuvieras la enfermedad y quédate en casa para evitar contagiar a otros.
¿Molecular, antígena o rápida?
Prueba molecular (PCR)
Es la prueba más confiable para confirmar la infección activa. Sirve para personas que hayan tenido un posible contacto con el virus en un lapso de entre 3 y 5 días o que tengan síntomas de la enfermedad. El Ministerio de Salud (Minsa) recomienda realizarla en los primeros siete días de infección, cuando hay mayor carga viral en toda la zona de nariz y garganta. "Después de la primera semana, la cantidad de virus disminuye", explican.
Se puede decir que las tres pruebas son útiles y efectivas si se aplican para fines específicos y en el momento correcto, dice el Minsa.
Las pruebas moleculares detectan el material genético del virus (RNA), es decir, al virus mismo, en las muestras de mucosa nasal o de saliva. Se necesita de un laboratorio para obtener sus resultados, por lo que una persona debe esperar horas o días para confirmar su estado.
Prueba de antígenos (Test de antígenos rápido o Prueba rápida molecular)
Se recomienda para personas con síntomas de COVID-19. Es menos precisa que la molecular y por lo tanto necesita más restos del virus para confirmar un positivo. "Son muy buenas en personas que tienen síntomas", explicó el Dr. Rubén Mayorga, representante de la OPS/OMS en Perú, citado por Andina. "Sin embargo, es menos buena para detectar a personas infectadas que son asintomáticas por lo que aumenta el riesgo de un falso negativo".
La prueba de antígenos también detecta al virus, pero estas no buscan el material genético, sino identifican las proteínas que se encuentran en la parte externa. Se toma mediante un hisopado nasofaríngeo y el resultado se obtiene en menos de media hora, pues no requiere de un laboratorio para su procesamiento. "Las pruebas de antígeno cuestan menos, se usan para el diagnóstico, pero también deben ser aplicadas en los primeros días de la enfermedad", explicó el Minsa.
Prueba serológica (o rápida)
Es sobre todo para aquellos que quieran saber si han estado infectados en el pasado porque busca anticuerpos producidos luego de haber estado expuesto al virus. No se deben utilizar para diagnosticar la infección activa, dado que los anticuerpos se desarrollan algunas semanas después de la infección. Estas pruebas se toman con una muestra de sangre y el resultado se obtiene en menos de 15 minutos porque solo requiere de un dispositivo similar al test de embarazo.
"Las pruebas serológicas son muy útiles en los estudios de seroprevalencia para determinar qué proporción de la población tuvo contacto con el coronavirus. No obstante, hay que tener en cuenta que hasta el momento no se sabe con exactitud cuánto tiempo dura la inmunidad de una persona que contrajo la COVID-19, pues es una enfermedad que está en permanente estudio y todavía no se le conoce en toda su magnitud", aseguró el Minsa.