La vacunación contra la COVID-19 ha comenzado a llegar a los adolescentes y niños alrededor del mundo. Las noticias sobre estos fármacos inundan nuestra vida cotidiana, y lo más natural es que los hijos, que son tan curiosos, tengan preguntas… y muchas. La Unicef ofrece una guía para ayudar a explicar en términos sencillos y tranquilizadores lo que puede ser un tema complejo.
1. Asegúrate de estar bien informado
Antes de hablar con tus hijos sobre las vacunas para la COVID-19, es importante que tú mismo las entiendas. Luego, invita a tu hijo a que comparta lo que ha oído sobre las vacunas y escucha sus respuestas. "Es importante que te involucres de lleno y que te tomes en serio los temores que plantee. Sé paciente; la pandemia y la desinformación han causado mucha preocupación e incertidumbre a todos", dice la Unicef.
"Los niños tienen derecho a saber lo que está ocurriendo, pero debemos explicárselo de un modo que sea apropiado para su edad".
2. Sé sincero con ellos
Los niños tienen derecho a saber lo que está ocurriendo, pero debemos explicárselo de un modo que sea apropiado para su edad. "Ten en cuenta que los niños absorben los estados emocionales de los adultos; así que, aunque te preocupe que tu hijo pueda sentirse incómodo, procura no hacerle demasiado partícipe de tus temores. Jugar es una manera muy útil de manejar las emociones difíciles con los niños más pequeños. Si tu hijo parece ansioso, podéis dibujar juntos o explorar sus sentimientos por medio de un juego de simulación".
3. Responde a sus preguntas
La Unicef brinda algunas respuestas a preguntas frecuentes que pueden tener los más pequeños antes de vacunarse.
¿Qué es una vacuna?
Una vacuna es como un escudo que te protege frente a una enfermedad.
¿Cómo funcionan las vacunas?
Las vacunas enseñan a tu cuerpo a combatir las enfermedades. Esto lo hacen introduciendo en tu cuerpo un pequeño fragmento del germen –o algo que se parece al germen– que causa la enfermedad de la que necesitas protegerte, de modo que tu cuerpo pueda aprender lo que tiene que hacer para combatirlo. De este modo, si alguna vez entras en contacto con la enfermedad, tu cuerpo sabe exactamente qué hacer, y eso evita que te enfermes.
¿Son seguras las vacunas?
Sí, ¡las vacunas son muy seguras! Millones de niños –¡y adultos!– se vacunan cada año, lo cual les ayuda a protegerse de muchas enfermedades. Cuando nos vacunamos, puede que tengamos fiebre o algunos dolores; pero esto no dura mucho, y en cualquier caso es mucho mejor que contraer la enfermedad. Estos síntomas también demuestran que la vacuna está funcionando y que el cuerpo está generando la protección que necesita para luchar contra la enfermedad.
¡Los pinchazos me dan miedo! ¿Me tengo que vacunar?
Entiendo cómo te sientes, pero ya verás que en un abrir y cerrar de ojos ¡se habrá terminado! Sentirás un pequeño pellizco, y ya está, como con las otras vacunas.