Las mascarillas contra la COVID-19 han pasado a formar parte de nuestra vida, son las grandes aliadas frente a la lucha contra el coronavirus, sobre todo en lugares públicos cerrados o aglomeraciones. Sin embargo, la gran mayoría no las utiliza correctamente. Sigue estas recomendaciones.
1. No la utilices si está sucia, húmeda o rasgada
En caso elijas una mascarilla de algodón "tienes que tratarlo como si fuera ropa interior y lavarla con frecuencia”, dice Candrice Heath, profesora adjunta de dermatología en la Facultad de Medicina Lewis Katz en Temple University, citada por el The New York Times. “No quieres que toda esa grasa, sudor y suciedad se queden ahí y vuelvas a colocarlas sobre tu piel constantemente”.
En el caso de una sintética, como las quirúrgicas o las KN95, es preferible que sea de uso diario para que no acumule sudor o bacterias. "Hay que cambiar la mascarilla si se humedece o está visiblemente sucia", explica la OMS. No olvides revisar si tiene rasgaduras o agujeros antes de usarla.
"Hemos descubierto que el uso de dos mascarillas no ajustadas no aporta el beneficio de filtración que una sola mascarilla bien ajustada". Emily Sickbert-Bennett, autora de un estudio sobre la protección de las mascaras.
2. No la uses debajo de la nariz o en el mentón, póntela correctamente
La mascarilla debe cubrir la nariz, la boca y el mentón, no solo uno de ellos. Si es una quirúrgica siempre que el lado celeste debe ir para afuera, ya que es la parte impermeable que evita el ingreso del aerosol a nuestra boca, explica EsSalud. El lado blanco, en cambio, es el interno y ayuda a que nuestra saliva se quede en la mascarilla y no salga al exterior. Los pliegues van hacia abajo para asegurar la forma anatómica.
3. No la uses suelta
Según un reciente estudio del Departamento de Medicina del Medio Ambiente de la Universidad de Carolina del Norte, la mejor combinación de mascarillas (si no tienes una N95 o una KN95) es una quirúrgica más una de tela encima, ofreciendo un 81% de protección. Sin embargo, lo más importante es comprobar el ajuste de esa doble mascarilla para que el método funcione.
"Hemos descubierto que el uso de dos mascarillas no ajustadas no aporta el beneficio de filtración que una sola mascarilla bien ajustada", dijo la autora principal del estudio, Emily Sickbert-Bennett. Está claro: la protección adicional que proporciona la doble mascarilla no consiste tanto en añadir capas de tela, sino en eliminar los huecos o las zonas mal ajustadas de la mascarilla.
4. No te la quites para hablar con alguien
La OMS ha explicado que el virus se transmite de persona a persona a través de gotículas que viajan por el aire y que expulsamos al hablar, toser, estornudar o incluso al respirar. "El virus puede caer a una distancia de dos metros o quedarse en el aire en una habitación cerrada como sucede con el humo del cigarro. Se llama aerosol. La mascarilla impide que el virus salga o entre a la boca", explicó a ATuSalud.pe el doctor Ernesto Gozzer, médico salubrista y profesor de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Además, nunca la compartas con otras personas, el uso es personal.
5. No la toques (ni siquiera la parte frontal)
Lávate las manos antes de ponerte la mascarilla, y también antes y después de quitártela. Y cada vez que la toques, aunque es preferible que no lo hagas, ya que puede tener restos de virus atrapados en la parte exterior. La OMS recomienda que después de usarla, te la quites manteniéndola alejada de la cara y la ropa, para no tocar las superficies potencialmente contaminadas. No le eches químicos como el alcohol para limpiarla.