Si tienes poco tiempo, un resumen:
—Un virus endémico está bajo control, pero aún hay brotes en ciertas áreas, sobre todo entre los no vacunados.
—Las vacunas desarrolladas hasta ahora no cortan la transmisión: aún uno se puede infectar y contagiar. Pero están protegidos contra la enfermedad grave.
—Varios expertos explican cómo sería convivir con el virus de la COVID-19 si llega a convertirse en endémico.
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La ciencia cada vez está más segura que la COVID-19 se volverá endémica: no causará una carga indebida de muerte o sufrimiento ni que los sistemas de salud se sobrecarguen, pero no se habrá ido. Erradicar las enfermedades infecciosas no es algo que ocurra todos los días. De hecho, hasta la fecha, solo dos enfermedades virales han sido oficialmente erradicadas por la Organización Mundial de la Salud: la viruela y la peste bovina. Pero, ¿cómo se comporta un virus endémico?
En niveles bajos y bajo control
"La mejor comparación es con el sarampión o incluso con la tos ferina. Ambas infecciones, en todo el mundo, están bajo control, pero aún hay brotes. Los brotes ocurren más entre personas no vacunadas. Incluso se puede ver enfermedad leve en personas que han sido vacunadas, pero se sabe cómo tratarlas. Están en niveles bajos y bajo control. Y eso es lo que esperamos con la COVID-19", explicó Monica Gandhi, especialista en enfermedades infecciosas y profesora de medicina en la Universidad de California, San Francisco, para el medio IndiaSpend.
"Los brotes ocurren más entre personas no vacunadas. Incluso se puede ver enfermedad leve en personas que han sido vacunadas, pero se sabe cómo tratarlas. Están en niveles bajos y bajo control", explicó Gandhi.
Se repite en un área
Un virus endémico es uno que forma parte del panorama, una enfermedad que recurrentemente, regularmente o continuamente se repite en un área. "Por ejemplo, la malaria es una infección endémica en África subsahariana, el virus de Nilo occidental es endémico en Estados Unidos, el dengue es endémico en gran parte de Centro y Sudamérica", dijo a BBC Mundo Jeffrey Shaman, profesor de ciencias de salud ambiental de la Escuela Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia, en Nueva York.
No hay una vacuna perfecta
Un conjunto único de circunstancias ayudó a erradicar la viruela, principalmente mediante el desarrollo de una vacuna que cortó la transmisión del virus. Desafortunadamente, las vacunas contra la COVID-19 desarrolladas hasta ahora no han logrado el mismo efecto. "Las vacunas que tenemos hoy en día en algunos casos no previenen la infección. Simplemente modifican la infección y hacen que la enfermedad sea menos grave. Las personas vacunadas aún pueden transmitir el virus a otras", comentó David Heymann, profesor de epidemiología de enfermedades infecciosas en la Escuela de Salud y Medicina Tropical de Londres, para BBC Mundo.
No alteran la vida normal
Controlar la pandemia significa que la vacuna es tan eficaz que los casos se mantienen en niveles muy bajos para que no alteren más la vida normal. "Parece difícil de creer, pero algún día la gente no estará al tanto de los casos u hospitalizaciones por COVID pero, como en el caso del sarampión, los médicos sí lo estarán. Son pequeños brotes de personas no vacunadas o entre personas no vacunadas que viajan a lugares donde el sarampión se encuentra en tasas más altas, lo mismo pasaría con el COVID-19", agregó Gandhi.
¿Se requerirán vacunas frecuentemente?
La experta explicó que se espera que una vez que la transmisión de la COVID-19 sea controlada no se necesiten refuerzos. Esto se debe a que el sistema inmunológico tiene dos brazos: células B y células T. Las primeras producen los anticuerpos que van desapareciendo con el tiempo, aunque las células B de memoria son modelos para producir más anticuerpos si ven el virus nuevamente. Las células T, en cambio, son muy duraderas, ayudan a las células B a producir más anticuerpos y también previenen enfermedades graves.
"Las personas que se vacunaron contra el sarampión hace 40 años todavía tienen una fuerte inmunidad de células T y lo mismo se espera con el COVID-19. Para sarampión son dos dosis en la infancia. Luego a menudo se le pone refuerzos solo a poblaciones de alta exposición, como los trabajadores de la salud o los viajeros internacionales".











