El incremento sostenido de la obesidad y la diabetes tipo 2 en el Perú revela una crisis silenciosa que impacta no solo en la salud de millones de personas, sino también en la economía familiar y nacional.
El Perú enfrenta una transformación profunda en su panorama de salud. Las enfermedades transmisibles, históricamente las más comunes, han dado paso a un incremento alarmante de padecimientos no transmisibles como la obesidad, la diabetes, la hipertensión, entre otros.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), más del 62% de los peruanos mayores de 15 años presenta exceso de peso, cifra que incluye 36.5% de sobrepeso y 25.7% de obesidad, siendo algunas de las regiones con mayor incidencia Tacna, Moquegua y Madre de Dios.
El problema afecta principalmente a adultos entre 40 y 59 años, aunque también se observa con creciente frecuencia en edades tempranas. Precisamente, Unicef proyecta que, para el 2030, más de un millón de niños y adolescentes peruanos vivirán con obesidad.
Causas que comienzan en la infancia
Para la decana del Colegio de Nutricionistas de Lima, Jessica Huamán, el aumento del exceso de peso responde a una combinación de factores, entre ellos el consumo de productos ultraprocesados y el sedentarismo. “Estos hábitos alimenticios se arrastran desde la niñez y en la adultez es más complicado cambiarlos”, explicó a diario Ojo.
El panorama es aún más preocupante si se considera que “contamos con apenas 9 mil nutricionistas para una población que supera los 30 millones de habitantes. Se necesitan profesionales”, agregó Youmi Paz, doctora en nutrición y alimentos a Expreso.
Costos sociales y económicos en aumento
Además del impacto sanitario, el sobrepeso y la obesidad tienen un enorme costo económico. Según estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Ministerio de Salud, solo en 2019 estas condiciones representaron un gasto total de US$4,022 millones 800 mil, equivalente al 1.8% del Producto Bruto Interno (PBI) nacional. De este monto, 64.7% correspondió al gasto de salud, 17.6% fue asumido directamente por las familias y 17.5% se perdió por la reducción de la productividad laboral.
Para el Dr. Segundo Seclén, presidente de la Asociación Latinoamericana de Diabetes (ALAD), el problema debe ser abordado desde una perspectiva integral. “Por un lado, el tema familiar, el cual una persona con diabetes o una persona con obesidad, le cuesta a la familia mantener su manejo”, señaló. A esto se suma el impacto en la economía nacional: “estas enfermedades son un gran problema porque comprometen gran parte de los ingresos que tienen los miembros afectados. Las familias tienen que sacar dinero de sus bolsillos, o endeudarse”, comentó el especialista a diario Correo.
Una política pública pendiente
Seclén advirtió que, pese a la magnitud del problema, el Perú “no cuenta todavía con una política pública destinada a poder prevenir, manejar y tratar estas enfermedades”. En el país, alrededor de 10 millones de personas padecen sobrepeso u obesidad y cerca de 2 millones viven con diabetes, lo que convierte a ambas en dos de los principales desafíos para la salud pública.
“Hay una línea recta entre el índice de masa corporal, que es obesidad, y la diabetes. A mayor obesidad, mayor diabetes. También está asociado a la hipertensión arterial, casi la mitad de los pacientes con diabetes tienen hipertensión arterial y a su vez son obesas”, añadió el representante de ALAD.
A su vez, el especialista destacó que a la fecha existen más de 70 organizaciones internacionales, entre ellas la Organización Mundial de la Salud, la Asociación Médica Americana y el Colegio Americano de Endocrinología, que reconocen la obesidad como una enfermedad crónica. Sin embargo, en el Perú, aún no ha sido formalmente reconocida como tal, manifestó.
Un llamado urgente al trabajo multisectorial
El impacto de estas enfermedades va más allá del sistema de salud. “El abordaje fragmentado y tardío de estas condiciones ha generado altos costos sociales (…) Es urgente priorizar una atención integral, centrada en el paciente, con énfasis en la prevención, el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado, especialmente porque no es solo un problema de hoy, sino también del futuro”, sostuvo Seclén.
Finalmente, el especialista advirtió que, de no tomarse medidas urgentes, las cifras seguirán en aumento. Para el 2035, más del 35% de los adultos peruanos vivirá con obesidad, y para el 2050, la diabetes podría afectar a 2.2 millones de personas. “Necesitamos contar con políticas públicas efectivas que prioricen la prevención, el diagnóstico oportuno, la atención efectiva y la educación continua. Esta es la única forma de revertir la tendencia actual y garantizar salud y bienestar para todos”, concluyó.