La tarjeta azul de dióxido de cloro no te protege de la COVID-19

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Varios reportes aseguran que en América Latina muchas personas están usando tarjetas de dióxido de cloro como un arma "milagrosa" para protegerse contra la COVID-19. Dichas tarjetas se comercializan generalmente por internet como collares de desinfección que supuestamente liberan la sustancia en el aire para crear un “escudo protector” contra el virus en los portadores.  

Autoridades sanitarias como la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, describen este producto como una “amenaza para la salud pública, ya que no se ha evaluado la seguridad y eficacia”. Anteriormente, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) recordó a los consumidores que tengan cuidado "con los sitios web y las tiendas que venden productos que afirman prevenir, mitigar, tratar, diagnosticar o curar el COVID-19", destacando el dióxido de cloro. 

"Si el dispositivo se acerca a la cara, el ingrediente activo, el dióxido de cloro, podría causar irritaciones graves en los ojos y la piel, así como quemaduras, ya que es altamente corrosivo". Ariane Davison, viróloga e inmunóloga de Hong Kong.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) también informó sobre los peligros del uso de productos de dióxido de cloro y sus derivados para ser consumidos o inhalados. "Estos productos se usan para desinfectar superficies inanimadas no para seres humanos”, aseguró durante una conferencia de prensa Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Infecciosas de la Organización.

Espinal explicó que no existe ningún ensayo clínico o resultado fehaciente de calidad que sugiera que estos productos sean efectivos o eficaces contra la COVID-19. “Al contrario, es muy tóxico, es un gas que reacciona químicamente muy fuerte, puede producir la muerte, puede producir diarreas, neumonía y otra serie de eventos. Es imperativo que cuando la gente escuche que estos productos se ofertan, contacte a su ministerio de salud”, pidió el experto.

Ariane Davison, viróloga e inmunóloga de Hong Kong, definió las tarjetas de dióxido de cloro como una "estafa completa" y coincidió en que podría causar graves consecuencias a la salud. "El dispositivo se usa alrededor del cuello, en ninguna parte cerca de la nariz y la boca, que son los portales clave para la infección", detalló. "Pero si acerca el dispositivo a la cara, el ingrediente activo podría causar irritaciones graves en los ojos y la piel, así como quemaduras, ya que es altamente corrosivo".

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