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El reto urgente de acercar diagnósticos de salud oportunos en las zonas rurales del Perú

Un reciente informe de Videnza Instituto y Videnza Consultores revela que más de 1.5 millones de peruanos y peruanas viven en distritos donde no existe un centro de salud con capacidad diagnóstica básica. Una brecha sanitaria que exige medidas urgentes.

Redacción ATuSalud.pe   |

Aunque el acceso a un seguro de salud en nuestro país supera el 90%, la realidad para millones de peruanos y peruanas que viven en zonas rurales sigue marcada por limitaciones que dificultan un diagnóstico temprano de enfermedades comunes. Así lo revela un último informe elaborado por Videnza Instituto y Videnza Consultores, en donde se exponen las principales carencias en la capacidad diagnóstica de los establecimientos de salud de primer nivel de diversas regiones, especialmente en áreas rurales. Áncash, Lima Provincias y La Libertad son algunas de las zonas más afectadas. 

Hallazgos clave 

Según el estudio, un 96% de los establecimientos del primer nivel de atención no cuenta con la capacidad instalada adecuada y el 76% carece de capacidad diagnóstica mínima. Esto significaría que en muchos centros de salud no se pueden realizar si quiera exámenes básicos, lo que compromete el diagnóstico oportuno, retrasa los tratamientos y, al mismo tiempo, genera una sobrecarga permanente en hospitales y establecimientos de mayor complejidad.  

El problema se vuelve aún más crítico al revisar la situación en los distritos rurales. De los 760 distritos sin establecimientos de salud de categoría I-3 o superior –el nivel que permite atender hasta el 80% de las necesidades más comunes de salud de la población-, 718 son rurales, afectando directamente a más de 1.5 millones de personas. En estos lugares, acudir a una consulta o a realizarse un examen puede implicar traslados de hasta 3 o más horas, debido a las dificultades de acceso. 

“Los centros I-3 deberían resolver hasta el 80% de las necesidades más comunes de salud de la población. Su ausencia impide que las personas reciban atención básica cerca de casa”, se puede leer en dicho informe. 

Por otro lado, de acuerdo con testimonios recogidos por RPP Data, como el de Marcos Chávez, agricultor de 31 años en Amazonas, para atenderse en su distrito de Pisuquia, solo hay una posta con un médico para más de 6 mil habitantes. “Si la gente tiene una emergencia tiene que ir a la ciudad de Chachapoyas que queda a tres o cuatro horas en camionetas 4x4, y cuando llueve la carretera se suspende por 10 a 15 días”, explicó para el medio. A ello se suman los altos costos de traslado, que pueden oscilar entre S/350 a S/500, inaccesibles para muchos hogares peruanos. 

Soluciones viables y necesarias 

Frente a este panorama, el informe plantea una serie de recomendaciones que podrían marcar la diferencia si se aplican de forma sostenida y articulada. Entre ellas, destaca la necesidad de implementar incentivos para atraer médicos a zonas rurales, mejorar la red de referencias entre establecimientos, y aprovechar la articulación local con municipios y actores comunitarios para optimizar la cobertura y vigilancia del derecho a la salud. 

Asimismo, se enfatiza la oportunidad clave de modernizar el sistema a través del uso de las tecnologías disponibles. Janice Seinfeld, directora ejecutiva de Videnza Consultores, propone aprovechas los recursos digitales. “Muchas cosas ya se pueden diagnosticar remotamente. Si tienes una radiografía en Loreto, puedes hacer una prelectura con Inteligencia Artificial y luego un radiólogo valida el diagnóstico en Lima. Pero hay que tener la capacidad y una normativa moderna que lo permita”, revela. 

El desafío actual, por tanto, no solo está en construir más centros de salud, sino en potenciar los recursos humanos, modernizar la normativa sanitaria y acercar la tecnología diagnóstica a todos los rincones del país. La salud pública peruana enfrenta una deuda histórica que, con voluntad, visión de futuro y capacidad de gestión, puede y debe empezar a saldarse.