¿Por qué la anemia infantil ha aumentado en 19 regiones del Perú?

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Durante los últimos cinco años, los índices de anemia han mostrado un preocupante incremento y actualmente son más de 15 las regiones con niños menores de 3 años afectados. 

Según cifras oficiales, a la fecha un 43.7% de niños entre los 6 y 35 meses de edad presenta anemia, una condición que, de no tratarse a tiempo, puede comprometer su desarrollo cognitivo, educativo y laboral futuro. 

“Actualmente en nuestro país, el 43.7% de los niños de 6 a 35 meses de edad tiene anemia, situación que se ve incrementada en al menos 17 regiones”, alertó Jessica Huamán, coordinadora nacional de la Plataforma por la Seguridad Alimentaria, en declaraciones para Diario Uno. 

Regiones con mayor prevalencia 

De acuerdo con la especialista, las regiones más afectadas en 2023 fueron Puno (76), Loreto (62%), Apurímac (58.7%), Madre de Dios (56.3%), Huancavelica (55.1%) y Ucayali (54.6%). Precisamente, estos datos coinciden con los hallazgos de la última Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES), que afirma que más del 40% de los niños menores de 3 años a nivel nacional padecen esta condición. 

El informe también reveló que la anemia no solo afecta a los más pequeños, sino que ha crecido también en mujeres que se encuentran en edad fértil. Según Huamán, “uno de los datos más preocupantes de la ENDES 2024 fue el incremento de la prevalencia de anemia en mujeres de 15 a 49 años, la cual ha subido de 22.7% a 24.6% a nivel nacional”, siendo Puno y Madre de Dios las regiones con mayor afectación. Además, en gestantes, la situación también empeoró, pasando de 24.1% a 28.6%. 

Avances ejecutados 

Si bien el Ministerio de Salud (Minsa) ha mejorado sus intervenciones, los resultados todavía no logran contener el problema. De acuerdo con datos del Minsa, entre 2019 y 2024, el porcentaje de niños de 4 meses que inició suplementación con hierro aumentó de 54.6% a 70.6%, y las visitas domiciliarias a niños de entre 4 a 5 meses -en el mismo periodo de tiempo- pasaron de 43.5% a 50.4%. De igual manera, durante los últimos años se realizaron otras mejoras significativas con relación a tamizajes de anemia, vacunación, entre otros. 

No obstante, como explicó Paola Bustamante, exministra del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, para El Comercio, los bajos resultados se deberían al deterioro de la calidad del agua, ya que cuando esta no es potable se eleva el riesgo de sufrir enfermedades diarreicas agudas (EDA), reduciéndose así la efectividad de los suplementos de hierro. 

Este dato coincide con las cifras del INEI (2024), que indican que el 14% de niños menores de 36 meses que accedió a agua clorada segura sufrió una EDA, en comparación con el 20% de aquellos que consumieron agua sin ningún tratamiento. 

La importancia de una estrategia integral 

De acuerdo con los especialistas, para revertir esta alarmante situación se requiere de una estrategia integral. Un niño con anemia es un niño que está comprometiendo su futuro, advirtió Huamán, recomendando garantizar que los menores de 3 años consuman al menos dos cucharas de alimentos ricos en hierro al día. 

Aunque se reportaron avances en algunas zonas, como San Martín, que logró reducir su tasa de anemia infantil en 7.9 puntos porcentuales gracias a la articulación de sus autoridades y una política regional de alimentos fortificados; en la mayoría de las regiones los resultados siguen siendo insuficientes. 

A fines de mayo, el Minsa anunció que trabajará para fortalecer las estrategias del Plan Multisectorial para la Prevención y Reducción de la Anemia Materno Infantil 2024-2023, tras conocer los resultados del 2024. En este análisis se evidenció la urgente necesidad de reforzar acciones como el acceso a agua potable segura, el saneamiento básico y una alimentación saludable rica en hierro con especial énfasis en niños y gestantes.  

Efectivamente, en medio de este escenario, queda claro que el Gobierno necesita intensificar y fortalecer con urgencia las acciones de prevención y control de la anemia, priorizando a los niños menores de 3 años, quienes se encuentran en una etapa decisiva para su desarrollo integral. Todas las acciones deben abordarse de manera sostenida y articulada para revertir las cifras actuales. Los diagnósticos oportunos y la suplementación adecuada desde los primeros meses son medidas esenciales que no pueden postergarse.  

 

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