5 cosas que hacemos que no funcionan contra el coronavirus

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Pocket
WhatsApp

Cuando a inicios del año pasado apareció la COVID-19, el mundo comenzó a practicar diversas medidas de protección contra el virus. Muchas de ellas producto de una histeria colectiva ante algo que no conocíamos. Y estuvo bien, sin embargo, con los meses hemos ido aprendiendo cosas nuevas y los expertos han ido cambiando sus recomendaciones. ¿Debes desinfectar tus zapatos, limpiar las bolsas de compras o cambiarte de ropa al llegar a casa? Aquí hacemos un repaso de lo que se sabe. 

1. Tapetes de lejía y desinfección de suelas

Una de los protocolos de bioseguridad que todos los locales comerciales implementaron desde el inicio de la cuarentena fue colocar un tapete con lejía en la puerta de ingreso y un trapo para secar los pies para supuestamente eliminar el virus de los zapatos. A la luz de lo que se sabe ahora, ¿es una medida efectiva? "El tapete con lejía no sirve, no tienen sentido", dice Patricia García, ex ministra de Salud, a RPP.

García explicó que el virus se trasporta por los aerosoles, que son gotitas muy pequeñitas que expulsamos al respirar o al hablar. En espacios cerrados, estas gotitas pueden flotar en una nube en constante movimiento por el efecto de la recirculación del aire y contagiar a más personas. "Yo me voy, pero el aerosol queda. Si el lugar está ventilado, el aerosol cae al suelo y el virus de muere", explicó. 

2. Tomar la temperatura

¿Te han tomado la temperatura en la muñeca o en la frente usando un termómetro sin contacto? Esto tampoco funciona. "Ni en la muñeca ni en ninguna parte. Una razón es porque, en general, el virus no es un virus altamente productor de fiebre. En muy pocos casos está uno produciendo fiebre y cuando uno tiene fiebre se siente mal, es probable que no salga a la calle", explica la viróloga María Fernanda Gutiérrez, de la Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia, en un informa de la CNN

La experta recuerda que solamente un 10% de los que transmiten el virus e infectan tienen fiebre, así que es una medida poco efectiva si lo que se intenta es detectar a personas enfermas de la COVID-19. 

3. Limpiar las bolsas de las compras

"El contagio por las superficies es posible, aunque muy poco frecuente. Hemos aprendido que el principal modo de contagio de esta enfermedad es a través de los aerosoles", explica el doctor peruano Elmer Huerta a CNN.  

La recomendación básica es evitar tocarnos la cara mientras hacemos las compras y lavarnos las manos apenas volvemos a casa. "No son las bolsas las que trasmiten, son las manos", agrega la doctora Gutiérrez. 

Si en caso las cosas que compramos tuvieran por alguna razón restos de virus morirán a las pocas horas porque no es su espacio natural. Puedes rociar los productos con alcohol antes de guardarlos si eso te da mayor seguridad o crees que han estado muy expuestos. 

4. Cambiarnos de ropa al llegar a casa

Esto depende de la carga viral a la que hayas estado expuesto. Es decir, si solo saliste a pasear al perro o fuiste al mercado, no es necesario cambiarte o lavar la ropa. Pero si tuviste que ir al hospital y estuviste rodeado de muchos enfermos, es probable que sí necesites hacerlo.

“Una gotícula que es lo suficientemente pequeña como para flotar en el aire durante un tiempo tiene muy pocas probabilidades de alojarse en la ropa debido a la aerodinámica”, afirma Linsey Marr, científica especializada en aerosoles del Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia, para el The New York Times. “Las gotitas son tan pequeñas que se moverán en el aire alrededor de tu cuerpo y tu ropa”.

Eso sí, si estás haciendo compras y alguien te estornuda encima, probablemente lo mejor sea ir a casa, cambiarte y bañarte. Pero el resto del tiempo, ten la tranquilidad de saber que tu lento cuerpo empuja el aire y aleja las partículas virales de tu ropa como resultado de las leyes básicas de la física.

5. Saludar con puños o codos

Cuando abrazamos a una persona para saludarla o despedirnos, cuando tocamos los puños o chocamos los codos rompemos la distancia social y entramos en la zona de influencia del virus, así lo explica la doctora García. 

"Se trata de no tener contactos y de mantener la distancia unos de otros. Y con esta variante más infecciosa, yo les diría dos metros de distancia, claramente. Nadie tiene un brazo de dos metros. La distancia entre el hombro y el codo es de 40 centímetros. Al saludarnos con el codo, nos acercamos y respiramos los aerosoles de otros. Así que no puñitos, no coditos y no abracitos, mantengamos la distancia".  

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
Pocket
WhatsApp

Never miss any important news. Subscribe to our newsletter.