La influenza o gripe es una infección respiratoria causada por un virus que puede causar complicaciones graves, particularmente en niños pequeños, adultos mayores y personas con ciertas afecciones. Vacunarse contra la gripe, si bien no es 100% eficaz, es la mejor manera de prevenir esta enfermedad, sobre todo en sus formas más grave. Entre sus características más importantes está su elevada capacidad de transmisión de una persona a otra.
Ahora bien, una sola vacuna no basta. Este virus muta a una gran velocidad y aún no se ha podido fabricar una vacuna altamente efectiva, por lo que es necesario recibirla anualmente para estar realmente protegido.
"La vacuna frente a la gripe cambia todos los años porque el virus de la gripe tiene la virtud de que cada año cambia la forma de presentarse en sociedad y su disfraz, por eso la vacuna tiene que adaptarse a las características del virus gripal y por eso hay que vacunarse todos los años", subraya en una entrevista con Infosalus, el presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), el doctor Amos José García.
Al vacunarte, tu sistema inmunitario produce anticuerpos para protegerte de los virus contenidos en la vacuna. Sin embargo, los niveles de anticuerpos pueden disminuir con el tiempo, y esa es otra razón para vacunarse contra la gripe cada año.
¿Quiénes deben recibir la vacuna antigripal?
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan que las personas que tengan 6 meses de edad o más reciban la vacuna contra la influenza una vez por año. La vacunación es especialmente importante para las personas con alto riesgo de sufrir complicaciones por la influenza, entre ellas embarazadas, adultos mayores, niños pequeños y personas con el sistema inmunitario debilitado.
Las afecciones crónicas también pueden aumentar el riesgo de sufrir complicaciones por la influenza. Por ejemplo, el asma, el cáncer o tratamiento contra el cáncer, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfermedad cardíaca, fibrosis quística, diabetes, afecciones del cerebro o del sistema nervioso, VIH o SIDA, enfermedad renal o hepática u obesidad.











