Si bien la vacuna contra la COVID-19 se lleva la mayoría de titulares en el mundo, es imposible pasar por alto un nuevo paso de la ciencia: por primera vez en 10 años, una candidata a vacuna contra el VIH llega a última fase de ensayos clínicos. El anterior intento acabó en 2009 cuando se vio que solo evitaba un 30% de las infecciones.
Este proyecto denominado 'Mosaico' es desarrollado por Janssen, parte de la farmacéutica Johnson & Johnson. El Perú es uno de los países que albergan los ensayos clínicos con más de 900 participantes hasta el momento. Otros son Argentina, Brasil, España, Estados Unidos, Italia, México y Polonia.
"Hemos estado hablando de una vacuna para el VIH durante mucho tiempo, pero espero que esta nueva energía que se ha puesto para encontrar una vacuna para la COVID-19 acelere algunos de estos progresos y que quizá haya nuevas lecciones que puedan aplicarse". Ninan Varughese, director de la oficina de ONUSIDA en Nueva York.
La inyección utiliza la tecnología de adenovirus genéticamente modificado para llevar proteínas clave del VIH a las células humanas y producir anticuerpos para protegerse cuando aparezca la verdadera amenaza. Es el mismo prototipo utilizado en su inmunización para la COVID-19.
“A pesar de las dificultades por las restricciones de la pandemia, en el Perú hemos tenido una gran acogida en la población y hemos enrolado por encima de los que inicialmente se había proyectado. Hemos llegado casi al 300%", dice a El Comercio el médico Jorge Gallardo, del Centro de Investigaciones Tecnológicas, Biomédicas y Medioambientales de la Universidad de San Marcos (CITBM), uno de los cinco centros que participa en este estudio.
“A pesar de las dificultades por las restricciones de la pandemia, en el Perú hemos tenido una gran acogida en la población y hemos enrolado por encima de los que inicialmente se había proyectado". Doctor Jorge Gallardo
"Ahora nos están pidiendo llegar a 1.440 participantes. Vamos a continuar enrolando probablemente hasta mediados del próximo año para llegar a este nuevo objetivo”.
Entre otros requisitos, los voluntarios deben tener entre 18 y 60 años, y no ser VIH positivo. Los investigadores realizarán un seguimiento a los participantes durante 30 meses. Los resultados preliminares probablemente se van a tener a finales del 2023.
En nuestro país unas 87 mil personas viven con VIH, mientras que en el mundo este virus ha causado la muerte de unas 32 millones de personas desde los años 80.