La obesidad en medio de la pandemia del coronavirus es más letal que nunca. Recientemente, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) advirtieron que el 73% de los enfermos que han sido hospitalizados por este virus sufrían de sobrepeso.
Además, las vacunas para un puñado de otras afecciones a menudo no funcionan tan bien en personas obesas, lo que sugiere que una inyección contra la COVID-19 podría no brindar tanta protección como quisieran los investigadores.
"En el pasado, a menudo advertía a mis pacientes que la obesidad podía quitarles años de vida. Ahora, más que nunca, esta advertencia se ha vuelto verificable".
Cate Varney, especialista en obesidad y médico clínico de la Universidad de Virginia, en un informe de The Conversation.
"Nos preocupamos por eso", dice Donna Ryan, quien ha estudiado la obesidad en el Centro de Investigación Biomédica Pennington en Baton Rouge, Louisiana.
Por otro lado, un análisis publicado en Obesity Reviews en agosto muestra que la obesidad no solo aumenta el riesgo de enfermarse más sino que aumenta el riesgo de infectarse en primer lugar. Una vez contagiadas, estas personas tienen el doble de probabilidades de requerir un tubo de respiración y aproximadamente un 40% más de posibilidades de morir.
"En el pasado, a menudo advertía a mis pacientes que la obesidad podía quitarles años de vida. Ahora, más que nunca, esta advertencia se ha vuelto verificable", dice Cate Varney, especialista en obesidad y médico clínico de la Universidad de Virginia, en un informe de The Conversation.
Se está volviendo abrumadoramente evidente a partir de estos estudios y otros que las personas con obesidad se enfrentan a un peligro real.