¿Cómo conviviremos con el SARS-CoV-2 una vez que termine la pandemia? Monica Gandhi, especialista en enfermedades infecciosas y profesora de Medicina en la Universidad de California en San Francisco, se ha unió al debate asegurando que el COVID-19 se parecerá más al sarampión que a la influenza (virus que causa la gripe), una vez que la transmisión sea controlada a nivel mundial.
En primer lugar, la experta explicó que la efectividad de la vacuna contra el sarampión es alta como la de la vacuna COVID-19, muy cerca del 100%. Las células T estimuladas por la vacunación contra el sarampión duran mucho tiempo y lo mismo debería pasar con el coronavirus. "Ahora, para sarampión son dos dosis en la infancia. Luego a menudo se le pone refuerzos solo a poblaciones de alta exposición, como los trabajadores de la salud o los viajeros internacionales".
"Parece difícil de creer, pero algún día la gente no estará al tanto de los casos u hospitalizaciones de este virus pero, como el sarampión, los médicos sí estarán al tanto".
Controlar la pandemia significa que la vacuna es tan eficaz que los casos se mantienen en niveles muy bajos para que no alteren más la vida normal. "Parece difícil de creer, pero algún día la gente no estará al tanto de los casos u hospitalizaciones por COVID pero, como en el caso del sarampión, los médicos sí lo estarán".
"Los médicos vemos sarampión en este país (Estados Unidos), pero son pequeños brotes de personas no vacunadas o entre personas no vacunadas que viajan a lugares donde el sarampión se encuentra en tasas más altas, lo mismo pasaría con el COVID-19", agregó.
Según explica Gandhi, el SARS-CoV-2 no se parecerá a la influenza por dos motivos. En este último caso, no existe una vacuna global ni altamente efectiva (entre 40 y 60%), y es un virus mucho más mutable. Por eso, las vacunas para influenza se requieren anualmente por ahora y las personas están más pendientes.
En cambio, es muy poco probable que las vacunas contra la COVID-19 requieran refuerzos a corto plazo, incluso contra las variantes del virus. Esto se debe a que está comprobado que los coronavirus no mutan tan rápido, mucho menos una vez que se reprima la transmisión con el uso de las vacunas.











