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Cannabis medicinal: ¿qué se requiere para liberarlo de la receta médica?

Es clave romper con los mitos alrededor del CBD y que las autoridades sean coherentes con la evidencia científica en beneficio de millones de consumidores y pacientes.

Redacción ATuSalud.pe   |
La obligación de presentar una receta médica representa hoy una gran barrera para que más peruanos accedan a los beneficios del CBD.
La obligación de presentar una receta médica representa hoy una gran barrera para que más peruanos accedan a los beneficios del CBD.

Si en la actualidad un paciente en el Perú quiere recurrir al cannabis medicinal para tratar su mal, debe cumplir con dos condiciones indispensables: contar una receta médica para luego obtener el producto en una farmacia o botica licenciada y estar registrado en la web de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas(Digemid).

Para aquellos productos que contengan menos de 1% de tetrahidrocannabinol (THC), el cual es componente psicoactivo del cannabis, se requiere una receta simple retenida y para productos que contengan más de 1% de THC se requiere de una receta especial controlada. Por lo general, la mayoría de productos altos en cannabidiol (CBD), el componente no psicoactivo, contienen menos de 1% de THC por lo que requieren de una receta médica simple para poder ser adquiridos.

Sin embargo, hoy el pedido de diversas asociaciones, expertos y pacientes es uno solo: eliminar la necesidad de requerir una receta médica para productos altos en CBD y que contengan menos de 1% de THC. La evidencia científica es contundente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció por primera vez en 2017 el potencial medicinal de CBD informando que no es nocivo, no tiene riesgo de abuso y tampoco causa efectos dañinos. En la misma línea, la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, por sus siglas en inglés) retiró en 2018 el CBD de su lista de sustancias prohibidas.

La exigencia de receta médica para productos de CBD limita el acceso y genera un mercado ilegal, exponiendo a los consumidores y pacientes a productos de baja calidad y/o adulterados y con precios muy por encima de los que se encuentran en los canales autorizados.

1. El primer paso: derribar los mitos 
El CBD es una alternativa sana y natural para aquellos consumidores y pacientes que requieren atender necesidades no satisfechas por medicamentos actuales. "Es considerado un componente no psicotrópico, es decir que no altera el estado mental y no provoca un sentimiento de euforia o ‘high’", explica a este medio Curt Schwarz, CEO de Anden Naturals y presidente de la Asociación Peruana de Industrias de Cannabis (ASOPECANNA). 

“Ha demostrado tener propiedades anti inflamatorias, ansiolíticas, antidepresivas, analgésicas, antioxidantes y neuro protectoras. Tiene un amplio potencial para muchos males neuronales como la epilepsia, el párkinson, alzhéimer, entre otros.  El CBD no va a curar estas enfermedades, pero ayuda a manejar los síntomas y, por lo tanto, dará a millones de pacientes una mejor calidad de vida”. 

2. El segundo paso: acción de las autoridades
Para conseguir la liberación del CBD de una receta médica se necesita el visto bueno de la Digemid, previa evaluación con el Ministerio de Salud. "Creemos que es importante revisar el reglamento actual", agrega Schwarz. "Esto no significa que no haya ningún tipo de fiscalización, la cual debe ser bastante exigente con relación a los productos a los que se les otorgue un registro sanitario. Deben ser igualmente revisados con los estándares más altos para que se vendan en las farmacias y boticas autorizadas y en un futuro en otro tipo de tiendas. Es importante combatir la informalidad".

En la región, países como Argentina, Chile, Colombia, Ecuador y Paraguay ya dieron el paso. Estados Unidos es otro ejemplo desde 2018, cuando se aprobó la ley agrícola. Hoy, se encuentran productos a base de CBD en las principales tiendas de retail en condición OTC, es decir sin ningún tipo de receta. En el Perú, cerca de 7 millones de personas en todo el país se verían beneficiadas, una cifra exorbitante si se compara con las apenas 30 mil personas registradas actualmente en Digemid. 

 

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