La depresión es uno de los problemas mentales más habituales en todo el mundo. ¿Puede la alimentación jugar un rol importante en su prevención? Ana Belén Ropero, profesora titular de Nutrición y Bromatología en la Universidad Miguel Hernández (España), lo explica en un informe para The Conversation.
"Los nutrientes participan en todas las funciones biológicas y, como tal, intervienen en el funcionamiento del sistema inmune, el sistema nervioso, la producción de energía y un largo etcétera. Por eso, aunque a priori nos pueda sorprender, la alimentación también afecta a nuestra salud mental", explica.
Lo que debemos comer para prevenir la depresión
En base a varios estudios, la especialista dice que la dieta mediterránea es la mejor para prevenir la depresión. Esta se basa en fruta, verdura y hortalizas, aceite de oliva, legumbres, frutos secos al natural, pescado/marisco y carne blanca.
"El estudio de estos grupos de alimentos indica que el consumo de algunos de ellos se asocia con menor riesgo de depresión (fruta, frutos secos, verduras, hortalizas y cereales integrales, y también pescado)", menciona Ropero.
En cuanto a los nutrientes, recomienda los ácidos grasos omega 3, EPA y DHA, los cuales se obtienen principalmente de pescados y mariscos. También menciona el zinc, presente principalmente en legumbres, frutos secos, cereales integrales y carne, así como las vitaminas vitaminas B3, B6, B8, C y el ácido fólico. La vitamina C está en fruta y verdura frescas; mientras que el ácido fólico en verduras y también en legumbres, cereales integrales, frutos secos y huevos. Las vitaminas B3, B6 y B8 podemos obtenerlas de huevos, carne, pescado y cereales integrales.
Los alimentos que debemos evitar
Ana Belén Ropero explica que los alimentos ultraprocesados se relacionan con incremento del riesgo de síntomas depresivos. Estos son alimentos elaborados mediante el uso de varios procesos industriales, que suelen llevar, habitualmente, combinaciones de azúcar, aceites/grasas o sal añadidos. Además, contienen aditivos para prolongar su duración o hacerlos más apetecibles.
"Algunos ejemplos son bebidas refrescantes o con zumo, snacks, margarina, cereales de desayuno, bollería industrial, platos preparados, galletas o barritas energéticas. Está demostrado que las dietas ricas en frituras, carne procesada, lácteos altos en grasa, cereales refinados y postres dulces se relacionan con el aumento de los síntomas depresivos. Y algo similar ocurre con la comida rápida y la bollería industrial".











