El 25 de septiembre en el Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York, un equipo de cirujanos estadounidenses traspasó con éxito un riñón de cerdo a una mujer en muerte cerebral y signos de disfunción renal. El riñón fue obtenido de un ejemplar modificado genéticamente y funcionó correctamente durante 54 horas, sin que el sistema inmunológico del receptor produjera un rechazo inmediato, según han explicado los investigadores al medio USA Today. Este avance médico podría ayudar a aliviar la grave escasez de órganos humanos para trasplantes.
“La experiencia es fascinante porque, al menos a corto plazo, la modificación genética introducida ha permitido salvar la barrera interespecies, algo que se perseguía desde hace décadas”, dijo el nefrólogo Rafael Matesanz, fundador de la exitosa Organización Nacional de Trasplantes de España, citado por el diario El País.
La Organización Mundial de la Salud calcula que se hacen unos 130.000 trasplantes al año en el planeta, menos del 10% de los necesarios.
Matesanz subraya que todavía quedan “muchísimas interrogantes” antes de dar el salto a la clínica, como descartar el rechazo del órgano porcino a medio plazo.
La operación, dirigida por el cirujano Robert Montgomery, implantó el riñón de cerdo en el muslo izquierdo de la mujer, simplemente para tener el órgano a la vista y poder monitorizarlo con facilidad. La orina comenzó a brotar en cuanto la sangre humana fluyó por el órgano porcino, según la información publicada en USA Today.
"Se parecía a cualquiera de los trasplantes con donantes vivos que he realizado. Muchos riñones de personas fallecidas no funcionan de inmediato y tardan días o semanas en arrancar. Este funcionó enseguida”, ha explicado Montgomery al diario The New York Times.
Tras la operación, la mujer en muerte cerebral fue desconectada de la máquina de soporte vital que le mantenía la circulación de la sangre para poder llevar a cabo el experimento.











