Hay errores que debes dejar de cometer para tener más higiene al manipular los alimentos o cocinarlos, y por lo tanto, cuidar tu salud. Aquí te lo explicamos.
1. Lavar el pollo en el fregadero
El gran problema de lavar la carne cruda en el fregadero es que el chorro de agua que sale del grifo y golpea al pollo suele salpicar todo lo que está cerca, como el paño de cocina o algunos platos, sartenes y cubiertos para secar. Esto significa que las bacterias presentes en la comida pueden acabar en estos objetos que luego usaremos o nos llevaremos a la boca.
"El pollo naturalmente tiene una cierta cantidad de bacterias y la mejor manera de eliminarlas es a través del proceso de cocción", explica a la BBC el profesor de Microbiología Uelinton Pinto, del Centro de Investigación en Alimentos de la Universidad de São Paulo (FoRC-USP).
La única manera segura de eliminar las bacterias es cocinar el pollo a una temperatura adecuada. La recomendación, por tanto, es no lavarlo antes de sazonar o ponerlo a la candela.
2. Usar solo agua para desinfectar las verduras que se comerán crudas
Lavar las verduras y hortalizas que se comen crudas y sin pelar (como es el caso de los tomates, la lechuga y las manzanas) con un poco de agua ayuda a eliminar las impurezas de mayor tamaño, pero este método no es capaz de eliminar por completo los microorganismos que se acumulan en la superficie de estos alimentos.
La recomendación es sumergirlos en un recipiente que tenga una mezcla de agua e hipoclorito de sodio durante unos 15 minutos. "Por cada litro de agua se debe agregar una cucharada de hipoclorito", dice Pinto.
Luego, simplemente lava con agua corriente y sécalo antes de guardarlo en la despensa o en el refrigerador, según el alimento. En el caso de usar lejía regular, nunca uses opciones que contengan sustancias distintas al hipoclorito. El cloro, por ejemplo, puede ser tóxico si se consume.
3. Usar los mismos utensilios para los ingredientes crudos y cocidos
Si utilizas el mismo cuchillo para cortar carne y lechuga, los microorganismos que había en la carne pueden pasar directamente a las verduras que comerás crudas.
"También es importante lavarse siempre las manos después de manipular cualquier alimento crudo y, posteriormente, manipular algo que ya esté cocinado o listo para comer", agrega al mismo medio la profesora de Microbiología Mariza Landgraf, de FoRC y de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas de la USP.
4. Esperar a que la comida se enfríe antes de meterla en el refrigerador
La Organización de Consumidores y Usuarios recomienda meter la comida cocinada directamente en la nevera en cuanto deje de quemar. Así, no hay que esperar a que se enfríe a temperatura ambiente. Este consejo evitará el crecimiento de bacterias. Una vez en la nevera, la proliferación de estas se da más lentamente e, incluso, llega a detenerse.
Landgraf dice que esta costumbre de dejar enfriar los alimentos a temperatura ambiente viene del pasado, cuando los frigoríficos eran menos eficientes y poner algo caliente dentro representaba un gasto extra de electricidad. "Con la evolución de estos electrodomésticos, este problema ya no es tan serio como antes", compara.
5. Descongelar los alimentos a temperatura ambiente
En un congelador la temperatura es tan baja que prácticamente hace inviable la supervivencia de los microorganismos. El peligro ocurre cuando estos alimentos se descongelan. Es un error sacarlos a temperatura ambiente o ponerlos en un recipiente con agua, ya que a medida que los alimentos se descongelan, liberan agua y crean el ambiente perfecto para que prosperen las bacterias.
"Siempre conviene descongelar en el frigorífico. Y no solo por los microorganismos, sino por la textura de los alimentos", evalúa Landgraf. "Si se descongela poco a poco, absorbe esa agua y no pierde textura", añade.
Otra opción, si tienes prisa, es utilizar el microondas, que suele tener una función específica para descongelar.