
2 cosas que terminarían más rápido con la pandemia y no se están haciendo
El mejor camino para terminar con la COVID-19 es cortar la transmisión en todas partes al mismo tiempo. ¿Cómo conseguirlo? Con distribución equitativa y aumento de producción.

Pese a la existencia del programa COVAX, una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el acceso equitativo de las vacunas contra la COVID-19 en todo el mundo, los países ricos siguen acaparando las pocas dosis producidas. La organización dijo a principios de febrero que se habían administrado unas 200 millones de vacunas, pero el 75% de estas se dieron solo en 10 países. Todo lo contrario ocurría en 130 naciones, donde viven más de 2500 millones de personas y no se había recibido ni una sola dosis. Esta es una estrategia epidemiológicamente contraproducente. ¿Cuál es la mejor forma de terminar con la pandemia?
1. Equidad de vacunas en países ricos y pobres
Es importante que los países trabajen juntos para suprimir la transmisión en todas partes al mismo tiempo, dice la OMS. Sin embargo, la brecha en la vacunación contra el COVID-19 entre los países ricos y pobres se vuelve más grotesca cada día.
La organización denuncia, por ejemplo, que muchos países ya están vacunando a personas más jóvenes y sanas con bajo riesgo frente a la enfermedad a costa de la vida de los trabajadores de la salud, las personas mayores y otros grupos de riesgo en otros países.
"Si los países no comparten las vacunas por las razones correctas, les pedimos que lo hagan por interés propio. Si no eliminamos el virus en todas partes, podríamos terminar en el punto de partida”. Tedros Adhanom Ghebreyesusde, director de la OMS
¿Cómo afecta esto? La distribución desigual de las vacunas no es solo un ultraje moral. También es económica y epidemiológicamente contraproducente. “Esto puede comprar seguridad a corto plazo, pero es una falsa sensación de seguridad”, aseguró el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesusde, director de la OMS. “Cuanta más transmisión del virus se produzca, más variantes pueden aparecer. Y cuantas más variantes surjan, es más probable que alguna de ellas eluda las vacunas”.
El pedido es que los países que compartan sus dosis una vez que hayan acabado con la vacunación de las personas mayores y los trabajadores sanitarios.
2. Liberar las patentes de las vacunas para que puedan producirse de manera masiva
Las patentes protegen la propiedad intelectual de un producto para que no pueda copiarse. Es decir, nadie más puede fabricarlo. En este caso, esto le permite a las farmacéuticas o laboratorios controlar el precio y la producción, lo que a su vez puede generar precios elevados y medicamentos que son inaccesibles para los más pobres.
Varios países de bajos y medianos ingresos están pidiendo a la Organización Mundial de Comercio (OMC) el levantamiento provisional de los derechos de propiedad intelectual de las vacunas COVID-19 para poder producirla masivamente en otras partes del mundo y llegar a más gente más rápido.
"Ha sido sumamente deprimente ver cómo las naciones ricas han vaciado las estanterías. Se han arrebatado las vacunas básicamente diciendo 'yo primero' y 'sólo yo' y esto no solo es muy injusto, también es una actitud terrible de salud pública". Gavin Yamey, profesor de Salud Global y Política Pública de la Universidad de Duke, Estados Unidos
"Hay provisiones para compartir la propiedad intelectual, pero este asunto sigue siendo el elefante en la habitación del que nadie quiere hablar. Si no podemos aplicar provisiones durante tiempos difíciles y bajo condiciones sin precedentes como esta pandemia, ¿entonces cuando?", dijo el director de la OMS sobre el tema.
Los países ricos, incluidos Reino Unido, Estados Unidos, Suiza y naciones europeas, se oponen a la propuesta, presentada por Sudáfrica e India y apoyada por decenas de países en desarrollo. Argumentan que esas patentes son necesarias para incentivar la investigación y el desarrollo de medicamentos.
Hasta ahora, AstraZeneca es la única empresa que ha hecho una contribución significativa a la equidad de las vacunas, al otorgar licencias de su tecnología a varias otras compañías, incluida SK Bio en la República de Corea y el Serum Institute of India, que están produciendo más del 90% de las vacunas que hasta ahora se han distribuido a través de COVAX.
¿Qué es el programa COVAX?
Es parte de un esfuerzo global sin precedentes para suministrar vacunas para al menos el 20% de la población de cada país participante durante 2021, con el fin de proteger a las personas en mayor riesgo de presentar formas graves de COVID-19 y salvar vidas. En las Américas, 36 países recibirán vacunas a través del Mecanismo COVAX, de los cuales 26 lo harán con financiamiento propio y diez lo harán sin costo.
COVAX está codirigido por Gavi, la Alianza para las Vacunas, la Organización Mundial de la Salud y la Coalición para las Innovaciones en la Preparación ante las Epidemias (CEPI), y trabaja en asociación con UNICEF, el Fondo Rotatorio de la OPS, así como con el Banco Mundial, organizaciones de la sociedad civil, fabricantes y otros.